Personas sin Hogar en Japón

Algunos creen que Japón es lo máximo como país o sociedad, pero también tiene muchos problemas, como el machismo, gran diferencia entre ricos y pobres (aunque  menor que en otros países), prostitución clandestina, alta tasa de suicidios, drogas y muchos problemas que cualquier sociedad moderna pueda tener. Esta entrada trata sobre un problema más que existe en Japón, me refiero a los vagabundos (Homeless), japoneses que no tienen donde vivir, los que buscan comida en la basura y duermen en especies de “cuevas” de cartón o en el suelo.
Cuando he paseado por Tokyo  me he dado cuenta que los homeless abundan bastante en según que zonas. Os podéis queda impresionados si pasáis de madrugada por la estación de Shinjuku y ver que hay decenas de vagabundos refugiados bajo el techo de la estación para dormir.



El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar divulgó en 2003 que Japón tenía 25.300 personas sin hogar, la mayoría de mas de 50 años. Osaka, Tokio, y Aichi eran las prefecturas con poblaciones sin hogar más altas  El ministerio informó que cerca del 41% vivía en parques urbanos y el 23% en los bancos del río; las calles y las estaciones de tren.

Actualmente, según el gobierno, hay unas 19.000 personas sin hogar en Japón, unas 6.000 menos que en el 2003. Es posible que la mejora en las cifras refleje en parte la reducción del paro, que aun así ronda un 5,2%, un cifra nunca vista antes en el País. Pero probablemente este número de personas sin hogar es mucho mayor, ya que solo en Tokyo se calcula que hay unas 10.000 personas sin techo. Este baile de cifras se explica por el criterio que usan las autoridades para definir al colectivo: Si lo que se cuenta es realmente los que viven en la calle o en parques, es posible que su número haya disminuido. Ahora bien, si se tiene en cuenta a las personas que pasan la noche en lugares como los Manga Kissa o en hoteles baratos como los hoteles capsula y que no tienen un lugar fijo para vivir, entonces ha aumentado.



Lo realmente grave es la cifra de los niveles de pobreza, que rondan actualmente el 15,7% de la población, el numero más elevado dentro de los países industrializados.

La mayoría de los vagabundos de las grandes urbes de Japón emigró en los años ochenta a las ciudades procedente del campo, sin un trabajo fijo y con escasa formación. La firmeza de la economía en aquel momento les permitió vivir con cierta comodidad, con trabajos a destajo en sectores como el de la construcción hasta los años noventa, cuando la crisis les dejó en la calle y sin perspectivas.

Después de la burbuja económica de los años 80, los trabajos en la construcción y en la industria descendieron drásticamente y con ello aumentó el número de personas sin hogar. La mayoría proceden de sectores cada vez más mecanizados, como la construcción, o de negocios que van quedando desfasados en la nueva economía, como pequeños comercios y hostales tradicionales, donde algunos además de trabajar vivían.



Los japoneses nunca han reconocido abiertamente el problema hasta hace poco. Y es que desde la pujanza económica de postguerra se enorgullecieron de haber conseguido una sociedad que repartía la nueva riqueza del país entre sus ciudadanos, sin dejar a nadie al margen. Pero desde la crisis de los 90, la cosa ha ido cambiando paulatinamente y cada vez es más común ver las tiendas de lona azul de los sin techo en los parques de las grandes ciudades japonesas.

cómo puede ser que en Japón, un país tan desarrollado y con un nivel educativo alto, haya personas viviendo en la calle, abandonadas a su suerte, sin ninguna asistencia por parte del gobierno y ante la total indiferencia de la sociedad. Al parecer, los homeless de Japón ya son parte del paisaje ciudadano, algo natural, ya no causan la menor impresión a nadie, sólo están. La verdad es que es una cosa común en todos los grandes países de tener a sus repudiados pero en Japón es algo diferente de lo que tenemos en España.



En el parque de Ueno (Tokio) han formado una comunidad y se los puede ver en grupos, sentados en los bancos con sus escasas pertenencias, algunos con los carros o bicicletas que usan para transportar lo que recogen de los tachos de basura, desperdicios que venden para conseguir algo de dinero. Sus viviendas se encuentran dispersas en varios sectores del parque, disimuladas entre los árboles, aunque no pasan desapercibidas ya que todas están hechas de una especie de lona azul para evitar la lluvia que contrasta con el verde del follaje. Las improvisadas carpas forman como pequeños barrios, una sociedad paralela que funciona con sus propios códigos, en definitiva, una realidad dentro de otra realidad.



Por lo que he visto, los homeless de este lugar no son un grupo homogéneo, hay personas que aparentan 35 años y otras 60 o más. Cada uno tendrá sus motivos por los cuales llegó aquí, pero es obvio que todos fueron empujados por la situación económica y social que vive el país.

Los desalojos son ya habituales en el parque de Ueno , donde vive medio millar de vagabundos, cuando algún miembro de la Familia Imperial o alto dignatario extranjero visita alguno de los famosos museos que hay en él. La práctica, conocida en japonés como “yamagari”, les obliga a retirarse voluntariamente a zonas donde no puedan ser vistos hasta que la comitiva ha abandonado el parque, ya que ellos mismos saben que no tienen derecho a quejarse porque es ilegal vivir allí.




Pero no solo en el parque Ueno de Tokyo existen estas comunidades de vagabundos. Las podemos encontrar en  varios parques de Tokyo, como el de Shinjuku y de otras grandes ciudades como Osaka.  Su hogar es una construcción de tablas y plásticos azules de apenas metro y medio de alto y dos de largo situadas en un rincón del parque. Los miembros de estas comunidades se apoyan mutuamente para intentar cubrir sus necesidades más básicas. Incluso algunos de ellos, los mas afortunados,  reciben una pensión de 60,000 yenes mensuales , que no le basta para pagar un alquiler.

Al contrario que en otros países, los vagabundos japoneses viven en la calle pero no mendigan, no piden limosna,  son totalmente pacíficos, no suelen estar en lugares importantes aunque si que se pueden encontrar en las calles anexas a estos o en las plazas. Muchos tienen artículos de limpieza, bicicleta, incluso teléfono móvil y otros gadgets tecnológicos..........



La mayoría de estos japoneses vagabundos intentan hacer su vida sin molestar a nadie, incluso ni a sus familiares que están en mejor posición económica. Los japoneses que están cuando pasan cerca de estos, los ignoran por completo, algunos ponen cara de asco y se tapan la nariz  o cruzan de acera.
Una vez le comente a una amiga japonesa porque ponen cara de asco al ver un vagabundo y me dijo que es porque los japoneses creen que esas personas no quieren trabajar, pero yo pienso que con lo estricta que es la sociedad japonesa, es la misma sociedad  la que les impide a estas personas el poder trabajar ya sea por no tener una carrera universitaria, por no ir a una entrevista con traje etc...



Hay asociaciones que se dedican a ayudar a este grupo de personas pero lo mas sorprendente de esto, es que algunos no quieren recibir la ayuda por orgullo, incluso algunos lo toman como insulto, hasta el punto que pueden responder con violencia. Afortunadamente la ciudadanía japonesa se ha dado cuenta del problema y se está actuando al respecto. Los niveles de personas sin hogar distan mucho de las cifras de países como Estados Unidos, pero es bueno que se corte el asunto de raíz, que desde las instituciones se tome medidas al respecto.

Para terminar, como curiosidad, durante el lanzamiento de Playstation 3 en Japon mucha gente contrato vagabundos para que hicieran cola por ellos por la noche .Aunque a estos los camuflaron un poco para que no parecieran vagabundos.



1 comentario:

  1. Me ha encantado el artículo. Yo personalmente tuve un encuentro en Ueno con un sin techo que cambió mi viaje a Tokyo. Aprendí más de los japoneses hablando una hora con el que en los nueve días que estuve allí. ¡Me encanta tu blog!

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